En las tardes frías, al calor de un buen té, las conspiradoras se miran, y casi sin hablar pueden hasta adivinar lo que piensa la una y lo que siente la otra. Cuando ríen, lo hacen juntas y a carcajadas, y cuando lloran, cada una lo hace apoyada sobre el hombro de su compañera, que se ablanda bajo los sollozos ahogados. Una de ellas es intensa, dramática, honda. Y la otra es dúctil, ligera y sonora. Nadie sabe cómo se llaman. Sólo como se hacen llamar: “Las Conspiradoras”.
Hermosas criaturas. Me gustan mucho los labios que les hiciste. También, los colores que les pusiste. Y de la “pelirroja”, el gesto, que me recuerda a ti. Felicitaciones, Anita. Un abrazo, Fran.
hands of gold....
AntwortenLöschenChris
En las tardes frías, al calor de un buen té, las conspiradoras se miran, y casi sin hablar pueden hasta adivinar lo que piensa la una y lo que siente la otra. Cuando ríen, lo hacen juntas y a carcajadas, y cuando lloran, cada una lo hace apoyada sobre el hombro de su compañera, que se ablanda bajo los sollozos ahogados. Una de ellas es intensa, dramática, honda. Y la otra es dúctil, ligera y sonora. Nadie sabe cómo se llaman. Sólo como se hacen llamar: “Las Conspiradoras”.
AntwortenLöschenHermosas criaturas. Me gustan mucho los labios que les hiciste. También, los colores que les pusiste. Y de la “pelirroja”, el gesto, que me recuerda a ti. Felicitaciones, Anita. Un abrazo, Fran.